Mariano de la Figuera 01/01/2006
Resumen:
En este estudio, se seleccionaron un total de 1.400 individuos mayores de 18 años, mediante muestreo aleatorio estratificado por edad y sexo del Padrón Municipal de Habitantes de Huelva. Fueron citados en sus centros de salud, realizándose 2 mediciones de presión arterial (PA) en consulta y 12 mediciones domiciliarias durante una semana mediante un monitor electrónico validado. Se consideró HTA de bata blanca (HBB) cuando la PA media en consulta era > 140 y/ó > 90 mmHg y < 135/85 mmHg en el domicilio; HTA enmascarada (HE) cuando la PA en la consulta era 135 y/ó 85 mmHg. La tasa de respuesta fue del 82,35% (n= 1.153 individuos; media de edad media 45,4 ± 16,1 años; 560 varones y 593 mujeres). La prevalencia global de HBB fue del 3,6% (IC ± 1,05), y del 12,8 % (IC ± 3,6) en los hipertensos. La prevalencia global de HE fue del 8,9% (IC ± 1,6%) globalmente y del 9,8% (IC ± 3,2) en los hipertensos.
Comentario:
Se trata del primer estudio poblacional realizado en España mediante Automedida de PA (AMPA) orientado hacia el diagnóstico de HBB e HE. Destaca una prevalencia de HBB relativamente baja en comparación con otros estudios realizados en España en población asistida. Sin embargo, hay que considerar que la AMPA tiene un bajo rendimiento para el diagnóstico de HBB y, en estos casos, la Monitorización Ambulatoria de PA (MAPA) es la técnica de elección. En cambio, la prevalencia de HE es elevada y plantea un desafío para los médicos ya que no hay datos clínicos consistentes que permitan sospechar esta entidad, con la excepción de la detección de afectación orgánica en un paciente normotenso en la consulta.
Para diagnosticar una HE es preciso realizar una monitorización ambulatoria de PA (MAPA), aunque también es posible detectarla mediante automedida domiciliaria (AMPA). Los criterios diagnósticos de HE son los utilizados por Márquez et al en el presente estudio. En relación con el pronóstico, algunos estudios han observado que los pacientes con HE tienen mayor repercusión orgánica que los sujetos con HTA de bata blanca e incluso con HTA ligera, lo que permite suponer que la HE comporta un mayor riesgo cardiovascular.
Hay que sospechar la existencia de una HE en pacientes con elevaciones tensionales episódicas, en sujetos con múltiples factores de riesgo cardiovascular, incluida la diabetes con normotensión en consulta o en pacientes normotensos con lesión de órganos diana (hipertrofia ventricular izquierda o proteinuria). También deberíamos practicar una MAPA o una AMPA exploratorias en pacientes normotensos con insuficiencia renal, con enfermedad cerebrovascular, con cardiopatía isquémica o arteriopatía periférica. La probabilidad de diagnosticar una HE todavía será mayor si el paciente presenta cifras de PA normal-alta en la consulta o si el paciente es joven. Los pacientes con elevada reactividad a estresores de tipo laboral también pueden presentar HE.
Todavía serán necesarios más estudios que evalúen cuál debe ser el seguimiento clínico de los pacientes con HE y cuáles son las mejores estrategias terapéuticas desde el punto de vista de cambios de estilos de vida o de abordaje farmacológico; pero los primeros pasos ya se están produciendo: “desenmascarara la HTA enmascarada”
[su_note note_color=»#f4f2b8″ text_color=»#5e5e5e»]Cita original:
Márquez E, Casado JJ, Pardo J, Vázquez I, Guevara B, Rodríguez J, Prevalencia de la hipertensión de bata blanca e hipertensión enmascarada en la población general, mediante automedición domiciliaria de la presión arterial. Aten Primaria 2006; 38:392-8[/su_note]