Presión arterial diastólica y mortalidad en el anciano con enfermedad cardiovascular

Publicado:

Pedro Armario 01/01/2007

Resumen:

La hipertensión sistólica aislada se observa
principalmente en el anciano, debido al incremento en la rigidez arterial. Un
tratamiento intenso lleva a un descenso excesivo de la presión arterial
diastólica, favoreciendo una asociación con la mortalidad en forma
de curva en J. En este estudio se investigó si en el anciano, el patrón
de esta asociación es un simple epifenómeno del incremento de la
rigidez arterial y alteración de la función cardiaca. En una
cohorte de 331 sujetos hospitalizados > de 70 años (edad media + DE:
85 + 7 años), se valoró mediante estudio la velocidad de la onda
del pulso en la aorta y el reflejo de la onda de presión a través
del análisis de la onda del pulso. Durante un seguimiento de 2 años,
se produjeron 110 muertes. No se observó asociación pronóstica
con la presión arterial sistólica, presión del pulso o
velocidad de la onda del pulso. Se observó una asociación en forma
de curva en Jota entre presión arterial diastólica y mortalidad.
El análisis no ajustado de regresión de Cox mostró que la
presión arterial diastólica < 60 mm Hg era un predictor de
mortalidad independiente de las propiedades cardiacas-vasculares, factores de
riesgo cardiovascular, y tratamiento farmacológico. El análisis de
regresión multivariable mostró que el aumento de edad y una
resistencia periférica total baja, pero no lo función ventricular
izquierda, fueron los principales determinantes de presión arterial diastólica
baja. En los sujetos con hipertensión sistólica aislada se encontró
como óptima una presión arterial diastólica de 70 mm Hg. En
los ancianos frágiles, se observó que un valor de presión
arterial diastólica < 60 mm Hg se asoció a una disminución
de la supervivencia, de forma independiente de la rigidez arterial y de la función
cardiaca, sugiriendo que se necesita un tratamiento antihipertensivo más
racional, que no se base solo en la presión arterial sistólica.

Comentario:

Está muy claro que la meta principal del tratamiento antihipertensivo
es prevenir los episodios cardiovasculares, mediante una reducción de la
presión arterial. Si esto es claro para la presión arterial sistólica,
no está tan claro por lo que respecta al descenso de la presión
arterial diastólica en los sujetos con HTA sistólica aislada. Es
bien conocido que a partir de los 60 años, se produce un aumento
progresivo de la presión arterial sistólica acompañado de
un descenso de la diastólica, con el consiguiente aumento de la presión
arterial diferencial o presión del pulso. Ello ha sido atribuido a los
cambios de rigidez arterial que acompañan al progresivo envejecimiento.

Esto ha traído consigo que en los últimos años ha
aumentado claramente la investigación clínica sobre este tema,
dado la introducción y validación de técnicas no invasivas
que nos permiten medir la rigidez arterial. Por otra parte, resultados recientes
sobre la superioridad de la medida de la presión arterial central sobre
la braquial en la predicción de los eventos cardiovasculares en este
grupo poblacional de más de 50-60 años, ha aumentado aún
mas el interés por la aplicación clínica de estas medidas
no invasivas del estado del árbol arterial, que ha derivado en un
reciente documento de consenso (Agabiti-Rosei E et al, Hipertensión
2007;50:154-160).

Si bien son abundantes los estudios en población anciano, no existe
demasiada información acerca de pacientes mayores de 80 años. En
este estudio se incluyeron 331 sujetos hospitalizados mayores de 70 años,
con una edad mediad muy elevada: 85+7 años, con un predominio, como suele
ser habitual en este grupo de edad de mujeres sobre los hombres (245 y 86
respectivamente). De hecho, solo 80 sujetos fueron menores de 80 años y
131 tenían más de 90 años. Esta población presentaba
una elevada prevalencia de enfermedad aterosclérotica (62%), bien fuese
coronaria, cerebral o enfermedad vascular periférica

En este estudio, de diseño prospectivo, el hallazgo más
importante fue que los sujetos con PA diastólica menor o igual a 60 mm Hg
presentaban una menor supervivencia, de forma independiente de la edad, otros
factores de riesgo clásicos, estado previo de salud, enfermedad coronaria
o ictus, examen cognitivo, parámetros bioquímicos y tratamiento
farmacológico. A la espera de la publicación de los datos del
estudio HYVET, los resultados de ese estudio comentado y los publicados hace 1 año
procedentes de un estudio observacional llevado a cabo en sujetos de más
de 85 años de edad en el que se observó que una PA por debajo de
140/70 mm Hg en este grupo poblacional se asociaba a un exceso de mortalidad
(Van Bemmel T et al, J Hypertens 2006;24:287-292), nos hace ser prudentes en la
reducción progresiva e individualizada de la elevación de la presión
arterial sistólica en función del criterio clínico.

[su_note note_color=»#f4f2b8″ text_color=»#5e5e5e»]Cita original:
Protogerou AD, Safar ME, Iaria P, Safar H, Le Dudal K, Filipovsky J et al. Diastolic blood pressure and mortality in the elderly with cardiovascular disease. Hypertension 2007;50:172-180[/su_note]

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