Pedro Armario 01/01/2008
Resumen:
Antecedentes y objetivo: Las células progenitoras endoteliales (CPE) migran en respuesta un tejido isquémico desde la médula ósea hacia la circulación sistémica, donde se diferencian en células endoteliales maduras para producir angiogénesis in situ. Este estudio testó la hipótesis que el nivel circulante de CPE está aumentado sustancialmente después de un ictus isquémico y predice los resultados pronósticos.
Métodos: El nivel de CPE circulantes (marcadores: CD3/CD34 (E1, CD62E/CD34 (E2), y KDR/CD34 (E3) fueron examinados mediante citometría
de flujo a las 48 horas después de un ictus agudo en 138 pacientes consecutivos. El nivel de CPE se examinó también en una ocasión en 20 sujetos voluntarios sanos y en 40 sujetos controles de riesgo.
Resultados: El nivel de CPE circulantes (E1-3) era significativamente más alto en los pacientes con ictus isquémico que en lo sujetos controles en riesgo (p< 0,05). Además, el nivel de EPC (E1-3) era significativamente más bajo en los pacientes con alteración neurológica grave (definida como una puntuación > 12 en la escala National Institutes of Health Stroke ) que en pacientes con afectación menos grave ( Escala National Institutes of Health > 4 en el día 21 después del ictus (p=0,0004). Además, un nivel circulantes bajo de CPE era un predictor independiente de afectación neurológica grave (puntuación en la escala National of Institutes of Health >12) a las 48 horas (E1-3) y de resultados clínicos adversos combinados (definido como ictus isquémico recurrente, mortalidad de cualquier causa, o puntuación en la escala del National Institutes of Health > 12) a los 90 días (E1) después del ictus (p< 0,0001).
Conclusión: El nivel circulante de CPE es un predictor pronóstico independiente después de un ictus isquémico.
Comentario:
El ictus es la segunda causa de morbilidad y mortalidad cardiovascular en el varón y la primera en la mujer en nuestro país. Estudios previos han observado que existe una correlación estrecha entre prevalencia de hipertensión arterial y su grado de control y la incidencia de ictus, como han mostrado los resultados de un estudio recientemente publicado por Redon y cols en prestigiosas revistas como Stroke y Hypertension. Afortunadamente, la atención prestada a esta patología en la última década ha sido claramente superior a la que mereció en años anteriores, y en la actualidad nadie duda de los beneficios de una atención inmediata a los pacientes que han sufrido un ictus, resumida en el llamado código ictus. Por otra parte es importante conocer cuáles son los factores asociados a un mejoría en el pronóstico del ictus, dado que esta patología se ascia no solo a una elevada mortalidad, son también a un elevado grado de incapacidad, con el coste económico y social que ello representa.
Sin bien son conocidos los mecanismos que reducen el daño miocárdico después de un infarto agudo de miocardio, poco es conocido acerca de los que reducen la isquemia cerebral después de sufrir un ictus isquémico. Las células CD34+ con células madre no hematopoyéticas liberadas en humanos desde la médula ósea hacia la circulación y conocidas como células progenitoras endoteliales (CPE). En modelos experimentales en animales y en estudio en humanos se ha observado que las CPE juegan un papel importante en la angiogénesis y en la regeneración tisular en la isquemia cardiovascular.
En el estudio aquí comentado llevado a cabo en pacientes que habían sufrido un ictus isquémico, se< observó un aumento de las CPE circulantes en comparación con los sujetos controles. En segundo lugar se observó que un nivel bajo de CPE circulantes a las 48 horas después del ictus era un predictor potente e independiente afectación neurológica grave. A su vez, un nivel elevado de CPE circulantes se asoció a un mejor pronóstico en la fase de convalecencia después del ictus y de resultados clínicos a los 90 días.
Los resultados de este interesante estudio apoyan resultados previos y confirman que la movilización de CPE desde la médula ósea se produce como respuesta a un daño tisular o isquemia. No obstante estos resultados contrastan con los observados por otros autores, como Ghani et al (Stroke 2005;36:151-153).
Los resultados más importantes de este estudio fueron que el incremento de CPE circulantes en la fase aguda del ictus, fue un predictor independiente de mejoría del ictus a los 90 días, por lo que podrían representar un marcador biológico que permita la estratificación de los pacientes con ictus isquémico en grupos de alto o bajo riesgo de quedar con secuelas después del mismo. Sería interesante ver si estos resultados pueden ser confirmados en futuros estudios de diseño prospectivo, que valoren factores pronósticos del ictus.
[su_note note_color=»#f4f2b8″ text_color=»#5e5e5e»]Cita original:
Level and value of circulating endothelial progenitor cells in patients alter acute ischemic stroke. Stroke 2008;39:69-74[/su_note]