Pedro Armario 01/01/2008
Resumen:
En el presente estudio se estableció la hipótesis de que la concentración arterial de catecolaminas durante el reposo y durante dos pruebas de estrés eran predictores independientes de la presión arterial a los 18 años de seguimiento. Al inicio se realizó la medida de la frecuencia cardiaca y de las concentraciones plasmáticas arteriales de adrenalina y noradrenalina en 99 sujetos sanos, varones (edad: 19,3+0,4 años, media +DE) en reposo, durante el test aritmético mental, y durante el test del frío. Después de 18,0+0,9 años de seguimiento, se midió la presión arterial en reposo. Las concentraciones de adrenalina y noradrenalina durante la prueba de estrés mental explicó el 12,7% de la variación futura de la presión arterial después de ajustar en un modelo de regresión múltiple por la presión arterial inicial en reposo, historia familiar, índice de masa corporal, y presión arterial sistólica durante la prueba de estrés (R2 ajustada=0,651; p<0,001). Para concluir, el presente estudio muestra que la actividad nerviosa simpática durante el test aritmético mental predice la presión arterial futura, indicando un posible factor causal en el desarrollo de hipertensión, independientemente de la presión arterial inicial.
Comentario:
Es bien conocido que la reactividad cardiovascular ante diferentes estímulos físicos o mentales varía entre los distintos sujetos, existiendo algunos de ellos que presentan un aumento exagerado en la respuesta de la presión arterial ante dichos estímulos: sujetos hiperreactivos. Por otra parte, distintos grupos han mostrado que la respuesta a dichas pruebas, aplicadas de una forma estandarizada en el laboratorio es reproducible, confirmando la existencia de diversos grados de respuesta en función no del momento en que se aplican, sino de las características de los sujetos estudiados.
Basándose en estos conceptos apuntados, la hipótesis de la reactividad cardiovascular se basa en el hecho de que repetidos aumentos exagerados ante estímulos estresantes de la vida cotidiana, podrían incrementar la posibilidad de desarrollar cifras más elevadas de presión arterial tras varios años de seguimiento. La bibliografía sobre el tema es amplia, y los primeros artículos fueron publicados hace ya más de medio siglo, sin que se haya llegado a una conclusión definitiva.
Los autores de este excelente trabajo, llevado a cabo en una pequeña muestra de 99 sujetos sanos jóvenes, aportan un dato más a favor del valor predictivo de la respuesta de la presión arterial al estrés mental como determinante de las cifras futuras de presión arterial. Aunque existen importantes trabajos prospectivos sobre este tema, entre ellos el de nuestro grupo, publicado hace 5 años (Armario P et al. J Hum Hypertens, 2003), la mayoría de trabajos realizaron un seguimiento de pocos años, mientras que en el presente estudio el seguimiento fue de 18 años. A su vez, el valor de la respuesta al test aritmético mental explicó el 12,7% de las variaciones futuras de la presión arterial después de ajustar por la presión arterial inicial en reposo, y por otras variables que podrían influir en la evolución posterior de las cifras de presión arterial. Por otra parte, también realizaron una aportación interesante como fue el medir la concentración arterial de catecolaminas, no ya en reposo, sino también durante la prueba de estrés. Sumando ambos parámetros, la respuesta de la presión arterial y el aumento de las catecolaminas durante las pruebas de estrés, explicaron un 22,1% de las variaciones de presión arterial en comparación con los factores de riesgo clásicos.
La parte más compleja en este tipo de investigación es saber si la respuesta a las pruebas de reactividad cardiovascular confirma la hipótesis de la reactividad en el sentido etiopatogénico, es decir los estímulos presores repetidos y estimulación repetida del sistema nervioso simpático acabarían provocando hipertensión arterial establecida, o si por el contrario lo que hace es detectar precozmente otros factores etiopatogénicos no conocidos asociados a la hipertensión arterial. De cualquier manera lo que no interesa a los clínicos es conocer si podemos identificar en algunos sujetos, especialmente en jóvenes, su mayor riego de desarrollar en el futuro hipertensión arterial establecida, con la finalidad de aplicar medidas preventivas y llevar a cabo un seguimiento más estrecho de dichos sujetos.
[su_note note_color=»#f4f2b8″ text_color=»#5e5e5e»]Cita original:
Flaa A, Eide IK, Kjeldsen SE, Rostrup M. Sympathoadrenal stress reactivity is a predictor of future blood pressure. An 18-year follow-up estudy. Hypertension 2008;52:336-341[/su_note]