Efectividad de una intervención de mejora de calidad en el control de la presión arterial en Atención Primaria

Publicado:

Mariano de la Figuera 01/01/2006

Resumen:

Los autores diseñaron un estudio cuasi-experimental para evaluar la efectividad de una intervención de mejora de calidad sobre el control de la Hipertensión Arterial (HTA). Participaron dos Centros de Atención Primaria; uno fue asignado a grupo de intervención (GI: 7 médicos de familia y 419 pacientes) y el otro fue grupo control (GC: 7 médicos de familia y 430 pacientes). La intervención de mejora de calidad consistió en un programa de 6 meses de duración que incluyó una combinación de: 5 sesiones de educación-formación grupal en las que se presentaban los resultados de una auditoría previa, retroalimentación de dicha información, revisión de las recomendaciones de las principales guías de HTA y planificación de planes terapéuticos; 1 sesión con cada unidad básica (médico, enfermera y MIR de medicina de familia) en las que se evaluaban, de forma más concreta, los resultados y las causas de la evaluación inicial y se establecían medidas correctoras más específicas. Las principales mediciones fueron: presión arterial (PA), perfil lipídico, diabetes mellitus, tabaquismo, índice de masa corporal, fármacos, registro de adherencia al tratamiento y plan terapéutico. La re-evaluación se llevó a cabo de un año de la intervención. En el GI la PA Sistólica y PA Diastólica descendieron 8,16/3,71 mmHg, respectivamente, en comparación con el GC (incremento de 1,56/0,13 mmHg, respectivamente. El efecto atribuido a la intervención fue un descenso de 9,72 mmHg (intervalo de confianza [IC] 95%:7,50-11,94) en la PAS y 3,84 mmHg (IC 95%: 2,40-5,28) en la PAS. El grado de control de la HTA (PA < 140/90 mmHg) en el GI subió del 37,5% al 68,8%, sin cambios en el grupo control (p<0,05). En el caso de los hipertensos con diabetes el grado de control (PA< 130/80 mmHg) pasó del 5,9% al 17,8% en el GI y del 2,8% al 4,7% en el GC (p<0,05). En ambos grupos aumentó el número de fármacos y combinaciones de antihipertensivos prescritos, mientras que el registro de planes terapéuticos y adherencia se incrementó sólo en el GI (p < 0,05).

Comentario:

En relación al control de la HTA, uno de los temas que genera más frustración entre los profesionales de la Atención Primaria es la constatación de unos porcentajes que, en los diferentes estudios transversales que se realizan en España, apenas alcanza el 40%. La inercia clínica y los problemas de cumplimiento por parte de los pacientes se señalan como las causas más frecuentes de esta situación. El presente estudio demuestra, en primer lugar, que una intervención basada en los principios de mejora de la calidad asistencial es, sin duda, compleja pero factible. En segundo lugar, la efectividad de dicha intervención, en relación con la mejora del control de la HTA, es indudable ya que en el GI se alcanzaron unos porcentajes (casi del 70%) que se aproximan a los de los ensayos clínicos más recientes, en los que las condiciones son bien diferentes a las de la práctica clínica habitual y siempre con más garantías de éxito. Es cierto que este estudio fue realizado en una unidad docente, con presencia de residentes de la especialidad de medicina de familia, lo cual garantiza una mayor y más repartida dedicación a los pacientes. Además, en el GI participaba el colectivo de enfermería cuyo papel en el seguimiento, control y cumplimiento del tratamiento de la HTA es fundamental. Precisamente, el mayor grado de cumplimiento del tratamiento que, además, fue intensificado en ambos grupos y con mayor presencia de combinaciones de fármacos, es sin duda una de las principales explicaciones a la mejora tan importante del grado de control de la HTA en el GI. Algunas limitaciones del estudio merecen un comentario: en primer lugar, tal como señalan los autores, es posible que los hipertensos incluidos en este estudio no representen al colectivo global ya que se seleccionaron a aquellos que tenían, al menos, una visita en el último año. Tampoco se presentan datos en relación, por ejemplo, a las variaciones del peso que podrían influir en las diferencias de resultados tan evidentes entre ambos grupos. Finalmente, y más que una limitación es una realidad en todos los ámbitos, es la dificultad en alcanzar los objetivos de control de la PA en los diabéticos; en el GI apenas llegó al 24%. ¿Es posible que este objetivo no sea realista y genere más frustración que refuerzo positivo para su mejora?

En definitiva, los resultados de este estudio son un estímulo para tratar de mejorar el grado de control de la HTA y reducir el riesgo vascular de los hipertensos; pero será necesario profundizar en algunos aspectos de este tipo de intervenciones para hacerlas más simples y asequibles al colectivo global de Atención Primaria.

[su_note note_color=»#f4f2b8″ text_color=»#5e5e5e»]Cita original:
Gómez-Marcos MA, García-Ortiz L, González-Elena LJ, Ramos-Delgado E, González-García AM, Parra-Sánchez J . Efectividad de una intervención de mejora de calidad en el control de la presión arterial en Atención Primaria. Rev Clin Esp 2006; 206: 428-34[/su_note]

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