Pedro Armario 01/01/2007
Resumen:
El objetivo de este estudio fue valorar el riesgo de ictus y la prevalencia
de factores de riesgo cardiovascular y analizar su relación con las tasas
específicas de mortalidad por ictus en cada una de las comunidades autonómicas
de España. Se llevó a cabo un estudio multicéntrico,
transversal en población > de 60 años de edad en centros de
asistencia primaria de España. En todos los sujetos se obtuvieron datos
clínicos, bioquímicos y Electrocardiográficos y se calculó
el riesgo de ictus a los 10 años utilizando las tablas de Framingham. Se
obtuvieron las tasas de mortalidad por ictus, ajustadas por edad y sexo para
cada una de las comunidades autonómicas a través del Ministerio de
Salud. Se analizaron un total de 7.343 sujetos (edad media de 71,6 años,
53,4% mujeres, 34,4% obesos y 27.1% diabéticos). Un total de 71,6%
estaban previamente diagnosticados de hipertensión arterial. Entre los
sujetos hipertensos, el 29,1% presentaba una presión arterial dentro del
objetivo terapéutico, y del total de la población, el 35,7% tenía
una PA controlada. La hipertrofia ventricular izquierda medida mediante ECG
estaba presente en el 12,9% de los sujetos. El riesgo estimado de ictus fue del
19,6%. La mortalidad por ictus se relacionó de forma significativa con el
riesgo estimado de ictus a los 10 años (r=0,41; p<0,05) en cada una de
las comunidades autonómicas. El mal control de la presión arterial
(p=-0,42;p<0,05) y la prevalencia en el ECG de hipertrofia ventricular
izquierda (p=0,52; p<0,05) fueron los principales factores relacionados con
las tasas de mortalidad por ictus después de ajustar por edad, sexo,
obesidad, diabetes y entorno urbano. Las diferencias en la mortalidad por ictus
en las distintas comunidades autonómicas de España estaban
asociadas con índices de peor manejo de la presión arterial,
peores tasas de control, y mayores niveles de hipertrofia ventricular izquierda.
Comentario:
La importancia sanitaria del ictus queda fuera de toda duda, pues representa
la tercera causa de muerte tras la enfermedad coronaria y el cáncer. Se
calcula que para el año 2020 la mortalidad del ictus se habrá
doblado, debido fundamentalmente al progresivo envejecimiento de la población.
En España, el ictus representa la segunda causa de muerte y la cuarta
causa de años de vida perdidos ajustados por discapacidad, así
como la primera causa de discapacidad grave, y la segunda causa de demencia tras
el Alzheimer.
La edad es el factor de riesgo no modificable más estrechamente
ligado a la aparición de ictus, mientras que la hipertensión
arterial es el factor de riesgo modificable más importante. Es bien
conocido que la hipertensión arterial no tratada o mal controlada es
altamente prevalente y representa un determinante importante de padecer ictus,
tanto hemorrágico como isquémico. A pesar de ello y de la clara
evidencia de los beneficios del control de la hipertensión arterial en la
prevención primaria y secundaria del ictus, el control de la HTA es más
pobre en los sujetos que han padecido un ictus, que en los que han sufrido un
infarto de miocardio.
Los resultados del estudio aquí comentado, llevado a cabo en nuestro
país, pone de manifiesto dos aspectos muy relevantes: en primer lugar
observa una correlación significativa entre el grado de control de la HTA
y las tasas de mortalidad por ictus en las distintas comunidades autonómicas
de España, y por otra parte que la prevalencia de hipertrofia ventricular
izquierda determinada electrocardiográficamente era conjuntamente con el
grado de control de la HTA los determinantes más importantes de fallecer
por ictus, confirmando de alguna manera la relevancia de la misma observada en
datos procedentes del estudio de Framingham, y otros estudios epidemiológicos
bien conocidos. Como señalan los propios autores del estudio, la
presencia de hipertrofia ventricular izquierda es un marcador indirecto no solo
de HTA, sino lo que es más importante, de su mal control mantenido que
facilita su aparición. La importancia clínica de la hipertrofia
ventricular izquierda queda de manifiesto pues un determinante independiente de
enfermedad por ictus y otras enfermedades cardiovasculares como la enfermedad
coronaria, muerte súbita insuficiencia cardiaca y fibrilación
auricular. Por otra parte, es posible regresar la hipertrofia ventricular
izquierda, mediante un adecuado control de la presión arterial. Datos
procedentes del estudio de Framingham publicados en 1994 pusieron de relieve que
la mejora que la reducción del voltaje en el ECG se traducía en
una reducción de la morbilidad y mortalidad cardiovascular. Datos más
recientes publicados por Verdechia y los procedentes de LIFE han confirmado la
importancia de lograr una regresión de la misma para mejorar el pronóstico
cardiovascular de dichos sujetos y evitar entre otras complicaciones la aparición
de fibrilación auricular, que es a su vez otro factor de riesgo de ictus.
Como ha indicado una editorial publicada en el mismo número de la
revista, la mortalidad por ictus podría ser un indicador del grado de
control de la HTA.. Nuestro grupo ya publicó en 1990 como en la ciudad de
Hospitalet se observó una reducción de la mortalidad por ictus,
coincidiendo con una mejora importante en la tasa del control de la HTA a lo
largo de la década de los 80. Nos congratula que un importante estudio
como el aquí comentado ratifique la necesidad de lograr un buen control
de la PA así como evitar la aparición de hipertrofia ventricular
izquierda o conseguir su regresión si ya existe para disminuir al máximo
la morbilidad y mortalidad cardiovascular. Obviamente en la actualidad la
activación del código ictus, la utilización de unidades
especialidades y el tratamiento fibrinolítico, contribuyen sin duda a la
reducción de la mortalidad por ictus y de sus secuelas, pero el control
de la PA tanto en prevención primaria como secundaria, sigue siendo una
pieza vital en la prevención del ictus y de la mortalidad asociada
[su_note note_color=»#f4f2b8″ text_color=»#5e5e5e»]Cita original:
Redón J, Cea-Calvo L, Lozano JV, Martí-Canales JC, Llisterri JL, Aznar J, et al. Differences in blood pressure control and stroke mortality across Sapin. The prevención de Riesgo de Ictus (PREV-ICTUS) Study. Hypertension 2007;49:799-805[/su_note]