Control de la Hipertensión 5 años después de padecer un ictus en el estudio de Incidencia de Ictus del Nordeste de Melbourne.

Publicado:

Pedro Armario 01/01/2006

Resumen:

El control de la presión arterial después del ictus es importante para reducir el riesgo de padecer nuevos episodios. En este estudio se examinó el control de la hipertensión en una población basada en la comunidad de pacientes que habían sobrevivido 5 años después del ictus. Se realizó un registro de la presión arterial. Historia de hipertensión, y de los fármacos antihipertensivos. Los sujetos se clasificaron como normotensos (PA < 140/90 mm Hg, no historia de hipertensión y no tratados con fármacos antihipertensivos)., hipertensos controlados ( PA = 140/90 mm Hg, historia de hipertensión e ingesta de fármacos antihipertensivos) o hipertensos no conocidos ( PA >= 140/90 mm Hg, sin historia conocida de hipertensión, y sin ingesta de fármacos antihipertensivos). A los 5 años de seguimiento, se registraron 441 (45%) de los 978 casos que sobrevivieron después de un primer episodio de ictus. De éstos, 305 (69%) presentaron completos los datos de presión arterial, fármacos antihipertensivos e historia de hipertensión. No existían diferencias significativas entre los que presentaban dichos datos y los que no los tenían. El 82% de ellos eran hipertensos: 63% tenían la hipertensión controlada y el 30% eran hipertenso no controlados, y el 7% eran hipertensos no conocidos. Del total, el 67% de los sujetos clasificados como hipertensos no controlados o no conocidos recibían tratamiento que fue insuficiente para conseguir un buen control de la presión arterial. Los sujetos con hipertensión no controlada fueron más propensos a recibir consejo para controlar su hipertensión con fármacos ( p< 0,02) y dieta (p<0,09). Aunque la mayoría de los hipertensos tuvieron su hipertensión controlada a los 5 años después del ictus, es posible realizar una mejora en el control de la hipertensión después del ictus.

Comentario:

La hipertensión arterial es el factor de riesgo modificable más importante de padecer un ictus. Si por un lado existe cierta controversia acerca de la necesidad de tratar o no el ascenso de la presión arterial durante la fase aguda del ictus, con estudios bien diseñados actualmente en marcha, de cuyos resultados estamos pendientes, los beneficios del tratamiento antihipertensivo son claros tanto en prevención primaria como en prevención secundaria.

Los resultados de importantes estudios de intervención durante la década de los 80 pusieron claramente de manifiesto el beneficio en cuanto a reducción en la incidencia de enfermedad cerebrovascular en sujetos hipertensos tratados con fármacos antihipertensivos respecto a los tratados con placebo, en sujetos con HTA ligera-moderada ( reducción en la incidencia de ictus de aproximadamente el 40%). Por lo que respecta a la prevención secundaria, la evidencia es más reciente, tras la publicación de los resultados del PROGRES y del estudio MOSES. Es bien conocido que el grado de control de la HTA dista de ser el óptimo, si realmente se quiere conseguir la meta terapéutica que se traduzca en la reducción e la morbimortalidad cardiovascular. Obviamente, los sujetos que ya han padecido un primer episodio de ictus representan un grupo de alto riesgo cardiovascular y la meta es conseguir una reducción gradual de la presión arterial y acercarla a las cifras óptimas. Sorprende por ello que datos como los procedentes de este estudio muestren que un 30% de los sujetos que han padecido un ictus presentan cifras de PA iguales o superiores a 140/90 mm Hg y un 7% de los mismos presentan una HTA no conocida y por tanto no tratada. Es cierto que el control de la PA sistólica, frecuente en estos sujetos es a veces muy difícil, pero es bien conocido que para ello es necesaria la utilización de varios antihipertensivos en combinación. En este estudio un porcentaje elevado de sujetos con HTA no controladas estaban recibiendo monoterapia, por tanto la situación es claramente mejorable. Si bien las causas de un mal control de la presión arterial son múltiples, y con frecuencia se atribuyen a los pacientes o posibles efectos adversos de los fármacos utilizados, diversos estudios interraciales y otros realizados en nuestro país han puesto de manifiesto, que con frecuencia no de modifica el tratamiento antihipertensivo por parte del médico, a pesar de la persistencia de cifras elevadas.

[su_note note_color=»#f4f2b8″ text_color=»#5e5e5e»]Cita original:
Paul SL, Thrift AG. Control of hypertension 5 years alter stroke in the North East Melbourne Stroke Incidence Study. Hypertension 2006;48:260-265[/su_note]

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