Colaboración entre médicos y farmacéuticos para mejorar el control de la presión arterial

Publicado:

Pedro Armario 01/01/2009

Resumen:

Antecedentes: Diversos estudios han demostrado que el control de la presión arterial (PA) puede ser mejorado cuando farmacéuticos clínicos asisten en el manejo del paciente. El objetivo de este estudio fue evaluar si un modelo de colaboración entre médico y farmacéutico basado en la comunidad podría mejorar el control de la PA.
Métodos: Ensayo clínico controlado, aleatorizado por grupos, con clínicos asignados aleatoriamente al grupo control (n=3) o al grupo intervención (n=3). El estudio incluyó 402 pacientes (edad media 58,3 años) con hipertensión arterial no controlada. Los farmacéuticos clínicos hicieron recomendaciones terapéuticas a los clínicos, basadas en las guías nacionales. Las enfermeras investigadoras midieron la PA y realizaron la monitorización ambulatoria de la PA durante 24-horas.
Resultados: La media (DE) de puntuación de adherencia a la guía aumentó desde 49,4 (19,3) a nivel basal hasta 53,4 (18,1) a los 6 meses (8,1% de incremento) en el grupo control  y desde 40,4 (22,6) a nivel basal hasta 62,8 (13,5) a los 6 meses (55,4% de incremento) en el grupo intervención (p=0,09 para la comparación ajustada entre grupos). La media de reducción de la PA fue de 6,8/4,5 mm Hg en el grupo control y de 20,7/9,7 mm Hg en el grupo  intervención (p < 0,05) para la comparación de la PA sistólica entre grupos. La diferencia ajustada en la PA sistólica fue de -12,0 (intervalo de confianza (CI) del 95%, -24,0 a 0,0) mm Hg, mientras que la diferencia ajustada en la diastólica fue de -1,8 (IC 95%, -11,9 a 8,3) mm Hg. La PA fue controlada en el 29,9% de los pacientes del grupo control y en el 63,9% de los pacientes en el grupo intervención: odds ratio ajustada, 3,2; IC 95% 2,0-5,1; p<0,001).
Conclusiones: Una intervención entre médicos y farmacéuticos consiguió una mejoría significativa en el grado de control en comparación con el grupo  control. Se debe realizar más investigación para evaluar la eficiencia de una estrategia basada en quipo para el control de las enfermedades crónicas.

Comentario:

El grado de control de la hipertensión arterial ha ido mejorando en los últimos años, pero aún sigue estando lejos del óptimo, y paradójicamente, la tasa de control es aún peor en pacientes de elevado riesgo cardiovascular. Se han hecho diversas estrategias para mejorar el grado de control de la HTA, y muchos esfuerzos se han concentrado en un intento de mejorar la observancia. En este sentido se han de resaltar los llevados a cabo por el Grupo de Trabajo de Cumplimiento de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española de Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), excelentemente liderado por Marquez-Contreras. No obstante, la inercia terapéutica, es decir la falta de cambios terapéuticos a pesar de no haber logrado la meta terapéutica, es una barrea importante para continuar mejorando el grado de control de la HTA.
El incumplimiento del tratamiento farmacológico influye más de forma individual en cada paciente, pero la mayor prevalencia de inercia terapéutica (la prevalencia de incumplimiento es del 32.5% y la de inercia terapéutica de un 51-84%), nos indica que a nivel poblacional este factor es el que más influye en el control de la HTA.
Recientemente se han publicado dos documentos, uno a nivel europeo y otro español, por un grupo de expertos con recomendaciones sobre acciones que puedan mejorar la tasa de control de la HTA. Existe una amplia evidencia del papel fundamental de la enfermería en su trabajo en equipo con los médicos para la mejora del control de diversas enfermedades crónicas, entre ellas la HTA. El trabajo aquí comentado ofrece datos interesantes sobre la mejora notable en el grado de control que se deriva del trabajo en equipo entre los clínicos y los farmacéuticos: Mejora en el grado de control del 63,9% respecto al 29,9% en el grupo control; p< 0,001). Un reciente metanálisis ( Carter BL, Arch Intern Med 2009;169:1748-55) ha llegado a conclusiones similares, con reducciones adicionales de 5-10 mm Hg en la presión arterial sistólica.

Está claro que una intervención-educación en equipo entre los médicos, enfermeras, farmacéuticos y pacientes, con la colaboración de dietistas si precisa, es el camino a seguir, sin olvidar que como reflejan los documentos anteriormente comentados, también va a ser necesaria la colaboración de otras instituciones no sanitarias y políticas que faciliten los cambios favorables en el estilo de vida.

[su_note note_color=»#f4f2b8″ text_color=»#5e5e5e»]Cita original:
Cita original: Carter BL, Ardery G, Dawson JD, James PA, Bergus GR, Doucette WR, et al. Physicians and pharmacist collaboration to improve blood pressure control. Arch Intern Med 2009;169:1996-2002[/su_note]

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