Calcioantagonistas y macrólidos: riesgo de hipotensión arterial

Publicado:

Mariano de la Figuera 01/01/2011

Resumen:

En este estudio los autores analizaron el riesgo de hipotensión o shock, debido al uso simultáneo de calcioantagonistas y antibióticos macrólidos. Para ello diseñaron un estudio de base poblacional (provincia de Ontario, Canadá), transversal, caso-control “anidado”, en pacientes mayores de 65 años que habían recibido tratamiento con calcioantagonistas  entre el 1 de abril de 1994 y el 31 de marzo del 2009.  
Los pacientes que habían sido ingresados en el hospital por episodios de hipotensión o shock fueron incluidos en el estudio. Para cada antibiótico, se estimó el riesgo de hipotensión o shock asociado con el uso de calcioantagonistas, mediante un análisis de pares equiparados, para contrastar la exposición, en cada paciente, a cada uno de los macrólidos (eritromicina, claritromicina y azitromizina en un intervalo de 7 días inmediatos y previos al ingreso (grupo de riesgo) y en un intervalo también de 7 días, pero un mes antes del ingreso (grupo control).
Durante este periodo de 15 años, casi 1 millón de personas habían recibido tratamiento con calcioantagonistas. De los 7.100 pacientes tratados con calcioantagonistas e ingresados en el hospital debido a hipotensión, un total de 176 habían recibido antibióticos macrólidos durante uno u otro de los intervalos mencionados anteriormente. Con el uso de eritromicina se observó el mayor riesgo de hipotensión (odds ratio [OR] 5,8 IC 95% 2,3–15,0), seguido de claritromicina (OR 3,7 IC 95% 2,3–6,1). El uso de azitromicina no se asoció con un incremento en el riesgo de hipotensión (OR 1,5 IC 95% 0,8–2,8). Los resultados fueron similares cuando se analizaron los pacientes tratados solo con calcioantagonistas dihidropiridínicos.

Comentario:

La utilización de antibióticos macrólidos es muy amplia en nuestro ámbito asistencial, especialmente en Atención Primaria. En los Estados Unidos son los antibióticos más prescritos (66 millones de prescripciones en el año 2008). Los antibióticos macrólidos, como eritromicina y claritromicina, pueden potenciar el efecto sobre la presión arterial de los calcioantagonistas a través de la inhibición de la isoenzima 3A4 del citocromo P450 vía también utilizada por estos fármacos, de manera que aumentan sus niveles plasmáticos y el riesgo de toxicidad, como hipotensión arterial. Sin embargo, esta interacción potencial probablemente es poco tenida en cuenta y las consecuencias clínicas no están bien caracterizadas.  Por otra parte, los calcioantagonistas, solos o en combinación con otros antihipertensivos, también tienen un papel fundamental en el tratamiento de la HTA, especialmente en pacientes de mayor edad o en diabéticos que configuran un grupo con especial dificultad en el control de la presión arterial sistólica. Además, los hipertensos ancianos tienen una mayor prevalencia de hipotensión ortostática, por lo que las interacciones farmacológicas tienen su importancia y hay que tomar las debidas precauciones.
En este interesante estudio, realizado en pacientes de edad avanzada (mayores de 65 años) que estaban en tratamiento con calcioantagonistas, el uso de estos antibióticos (eritromicina y claritromicina) se asoció con un incremento del riesgo de hipotensión o shock  hasta el extremo de requerir ingreso hospitalario. El riesgo fue mayor con eritromicina, que es el inhibidor del cytochrome P450 3A4 más potente de este grupo de antibióticos. Este riesgo de hipotensión no se observó con azitromicina.
Las limitaciones fundamentales del estudio se centran en aspectos de la indicación del tratamiento antibiótico, el cumplimiento en general y la propia codificación de los episodios de hipotensión. Pero los resultados son los que son y, en caso de tener que utilizar un antibiótico macrólido en este tipo de pacientes tratados con calcioantagonistas, azitromicina sería el de elección.

[su_note note_color=»#f4f2b8″ text_color=»#5e5e5e»]Cita original:
Wright AJ, Gomes T, Mamdani MM, Horn JR, Juurlink DN. The risk of hypotension following co-prescription of macrolide antibiotics and calcium-channel blockers. CMAJ 2011; 183: 303-7[/su_note]

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