Asociación de los microsangrados cerebrales con los niveles de presión arterial ambulatoria en una población hipertensa

Publicado:

Pedro Armario 01/01/2008

Resumen:

Los microsangrados cerebrales, indicativos de enfermedad de pequeño vaso a nivel cerebral, pueden ocurrir con una mayor frecuencia en pacientes con hipertensión. Sin embargo, poco es conocido acerca de la relación de estas alteraciones con los niveles de presión arterial. Se valoró la relación entre presión arterial medida de forma ambulatoria y la presencia de microsangrados en una cohorte de pacientes hipertensos sin historia de enfermedad cerebrovascular. A un total de 218 participantes(110 varones, con una edad de 52,5+12,6 años) se les realizó una monitorización ambulatoria de la presión arterial durante 24 horas en dos ocasiones (sin medicación) y una resonancia magnética cerebral para detectar microsangrados e hiperintensidades concomitantes en la sustancia blanca. Se llevó a cabo un análisis de regresión logística para relacionar los siguientes componentes de la presión arterial ( basados en ambos registros) con los microsangrados: PA media de 24 horas, PA diurna ; PA nocturna; hipertensión nocturna (PA durante el sueño >120/70 mmHg); patrón reductor de la presión arterial durante la noche. Los modelos fueron ajustados por edad y sexo, y además por los factores de riesgo cardiovascular y la presencia de hiperintensidades en la sustancia blanca. Se detectaron microsangrados en 35 pacientes (16,1%; IC 95% 11,1% a 21,0%)). De promedio, cada desviación estándar de incremento de la presión arterial,  media de 24 horas, periodo diurno o durante el sueño, se asoció de forma significativa e independiente con un aumento de 1,8 a 1,9 veces la probabilidad de presentar microsangrados. De forma similar, la Odds Ratio de microsangrados era de 5 a 6 veces más elevada en los sujetos diagnosticados de hipertensión nocturna (todos los modelos p< 0,05). No se observó asociación entre microsangrados y patrón de reducción nocturna de la presión arterial. En conclusión, los microsangrados se observan con frecuencia en pacientes hipertensos sin historia de enfermedad cerebrovascular, y se asocian de forma independiente con niveles más altos de presión arterial diurna y nocturna.

Comentario:

Los microsangrados son acúmulos focales de macrófagos que contienen hemosiderina en el espacio perivascular de los pequeños vasos cerebrales, que indican extravasación de sangre. Fueron descritas por primera vez durante la pasada década y se visualizan mediante resonancia magnética, pudiendo ser detectados durante años.

La prevalencia de estas lesiones es aproximadamente del 5% en población sana, fundamentalmente ancianos, y hasta del 25% en sujetos con ictus isquémico, En sujetos con ictus hemorrágico la prevalencia es aún mayor, alrededor del 50%. La frecuencia de microsangrados aumenta en lo sujetos hipertensos, pero poco se conoce acerca de su relación per se con los niveles de presión arterial.

La prevalencia de microsangrados en esta población hipertensa fue del 16,1%, es decir, aproximadamente 3 veces mayor que la observad en población general. Este hallazgo es importante, pues se trata de hipertensos sin historia sintomática de enfermedad cerebrovascular, pues era un motivo de exclusión.

En este estudio se observó una relación de los microsangrados con diferentes componentes de la PA medida mediante registro ambulatorio durante 24 horas, con excepción del patrón de reducción de la presión arterial durante la noche, el cual  se ha relacionado con otras formas de afectación de órganos diana. Esta relación era robusta e independiente de la edad, sexo y otros factores de riesgo cardiovascular. Además la relación fue independiente de la presencia de lesiones en la sustancia blanca.

Los mecanismos que podrían relacionar los microsangrados cerebrales con la hipertensión arterial son especulativos. Podrían ser debido a los cambios que la HTA crónica produce a nivel de los vasos de pequeño calibre, pero no se observó asociación entre los microsangrados y las lesiones de la sustancia blanca, sugiriendo por tanto que los mecanismo de ambas alteraciones serían, al menos en parte, independientes.

Por lo que respecta al significado clínico de estas lesiones, algunos estudios han observado una relación de los microsangrados cerebrales con alteraciones cognitivas y con un aumento del riesgo de recurrencia de ictus. No obstante se precisan de estudios prospectivos para confirmar esta relación. Por otra parte la resonancia cerebral, obviamente útil para detectar lesiones cerebrales silentes no está en la actualidad indicada como forma de estudio sistemático  en todos los hipertensos. Si bien disponemos de la determinación del filtrado glomerular y de la excreción urinaria de albúmina en orina de primera hora, y del ECG e incluso de la ecocardiografía( en casos seleccionados) para detectar la afectación renal y cardiaca, respectivamente, menos claro y coste efectivo sería la utilización de la resonancia en la evaluación de lesiones cerebrales silentes. Esperamos poder disponer en el futuro de estudios que permitan identificar el subgrupo de pacientes que podría beneficiarse de una detección precoz de dichas lesiones, y que eso pudiese comportar un cambio en el abordaje terapéutico de dichos hipertensos.

[su_note note_color=»#f4f2b8″ text_color=»#5e5e5e»]Cita original:
Cita original: Hensken LHG, Van Oostenbrugge RJ, Kroon AA, Leeuw PW, Lodder J. Brain microbleeds are associated with ambulatory blood pressure levels in a hypertensive population. Hypertension 2008;51:62-68[/su_note]

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