Mariano de la Figuera 01/01/2013
Resumen:
El objetivo del presente estudio fue analizar la asociación entre el exceso ponderal, el grado y la distribución de la adiposidad con la presión arterial (PA) de la población escolar española y, al mismo tiempo, explorar en qué medida los indicadores antropométricos de composición corporal son útiles para identificar, en dicha población, el riesgo de PA elevada.
Para ello se diseñó un estudio transversal sobre 1.511 escolares (692 niños y 819 niñas) de 6 a 16 años. Los datos se obtuvieron entre los años 2004 y 2008 en 12 centros escolares de Madrid capital, con un alumnado de características socioeconómicas de nivel medio, según la profesión y los estudios de los progenitores. Fue requisito obtener el consentimiento informado de los padres o tutores. Se midió peso, talla, perímetro de la cintura, pliegues adiposos y PA. Con la intención de disminuir el efecto de «bata blanca», se decidió considerar como válida la cifra más baja de las tres tomas de PA realizadas.
Se establecieron categorías nutricionales a partir del índice de masa corporal, el índice de cintura-talla y el porcentaje de grasa. Siguiendo al National High Blood Pressure Education Program Working Group, se consideró con PA elevada a los sujetos que superaban el percentil 90 del estándar. Este punto de corte también ha sido propuesto para definir síndrome metabólico en la infancia.
El nivel de participación fue del 97% de los escolares a los que se propuso el estudio. Presentaron una PA elevada el 3,17% de los niños y el 3,05% de las niñas. Según el análisis de la odds ratio, el riesgo aumentó en los sujetos con índice de masa corporal (IMC) indicativo de obesidad (7,87 veces en niños, 12,32 en niñas), con porcentaje de grasa superior al percentil 97 (6,98 veces en niños, 18,51 en niñas) o con un índice de cintura-talla ≥ 0,5 (10,56 veces en niños, 7,82 en niñas).
Comentario:
Los estudios sobre la prevalencia de HTA en población pediátrica son relativamente escasos, si bien algunos de ellos permiten conocer su evolución temporal. Así, en los EEUU la HTA infantil disminuyó entre 1963 y 1988, aunque esta tendencia se invirtió en los noventa, y en 2002 la HTA afectaba al 3,3% de los caucásicos, el 4,2% de los afroamericanos y el 4,6% de los mexicanoamericanos entre 8 y 17 años. En opinión de algunos autores el incremento de la HTA en edad temprana es atribuible al paralelo incremento de la obesidad.
En la población adulta es bien conocida la relación entre el IMC y la prevalencia de HTA. Por otra parte, las medidas antropométricas que cuantifican la adiposidad y su distribución son más sensibles que el IMC para identificar el riesgo cardiovascular. Sin embargo, en la edad pediátrica y adolescente, la asociación entre la PA y la adiposidad se ha explorado menos.
En este estudio se observó que el sobrepeso y la obesidad aumentaban la probabilidad de tener PA elevada entre los 6 y los 16 años, aunque el riesgo varíaba en función de la cantidad y la localización del tejido adiposo. Los indicadores antropométricos de adiposidad relativa y distribución de la grasa fueron especialmente útiles para identificar a los niños y adolescentes con PA elevada. Se ha observado que, con independencia del desarrollo puberal, los niños y niñas con sensibilidad insulínica reducida tienen tanto el porcentaje de grasa corporal como el perímetro de cintura significativamente mayores que los de sensibilidad insulínica normal. Los resultados del actual estudio coinciden con esta idea y subrayan la importancia del exceso de grasa y su depósito abdominal como factores de riesgo de PA elevada en edad escolar
Entre las limitaciones de este estudio hay que señalar que su diseño transversal no permite establecer un efecto de causalidad entre el estado de sobrepeso y obesidad de los niños y la PA elevada. Por otra parte, a pesar de la elevada muestra (superior a 1.500 sujetos), tampoco es posible generalizar los resultados al conjunto de la población escolar española. Sin embargo, datos recientes indican un progresivo aumento de la prevalencia de obesidad infantil en España lo que, junto a los datos aquí presentados, nos obliga a aumentar el grado de concienciación sobre el futuro cardiovascular de nuestros hijos (nietos en algunos casos) y tanto a nivel individual, escolar y poblacional no demorar la implementación de medidas correctoras.
[su_note note_color=»#f4f2b8″ text_color=»#5e5e5e»]Cita original:
Marrodán Serrano MD, Cabañas Armesilla MD, Carmenate Moreno MM, González-Montero de Espinosa M, López-Ejeda N, Martínez Álvarez JR et al. Asociación entre adiposidad corporal y presión arterial entre los 6 y los 16 años. Análisis en una población escolar madrileña. Rev Esp Cardiol 2013;66:110-5[/su_note]