La hipertensión resistente (HR) se define como la presión arterial elevada (PA) en un paciente a pesar del uso concurrente de 3 clases de fármacos antihipertensivos; que incluyen un bloqueador de los canales de calcio de acción prolongada, un bloqueador del sistema renina-angiotensina (angiotensina -inhibidor de la enzima convertidora o bloqueador del receptor de la angiotensina) y un diurético.
Los fármacos antihipertensivos deben administrarse a dosis diarias máximas o máximas toleradas. HR también incluye pacientes cuya presión arterial elevada alcanza los valores objetivo en ≥4 medicamentos antihipertensivos. El diagnóstico de la hipertensión resistente requiere la garantía de la adherencia a la medicación antihipertensiva y la exclusión del «efecto de bata blanca».
La importancia de la HR se destaca por el riesgo asociado de resultados adversos en comparación con la no RH.
Este artículo es una declaración científica actualizada de la Asociación Americana del Corazón sobre la detección, evaluación y manejo de la HR.
Una vez confirmada la adherencia a la medicación antihipertensiva y los registros de PA fuera de la oficina excluyen el efecto de bata blanca; la evaluación incluye la identificación de problemas de estilo de vida, detección de fármacos que interfieren con la eficacia de la medicación antihipertensiva, detección de hipertensión secundaria y evaluación del daño a órganos diana.
El tratamiento incluye la maximización de las intervenciones de estilo de vida, el uso de diuréticos de acción prolongada tipo tiazida (clortalidona o indapamida), la adición de un antagonista del receptor de mineralocorticoides (espironolactona o eplerenona) y, si la PA sigue siendo elevada, la adición gradual de fármacos antihipertensivos con mecanismos de acción para bajar la presión arterial. Si la presión arterial no se controla, se recomienda derivar a un especialista en hipertensión.
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