Pedro Armario 01/01/2009
Resumen:
Las recomendaciones de las guías acerca de un control más intenso de la presión arterial en pacientes con enfermedad renal crónica tienen un impacto desconocido. Se valoraron las tendencias y los predictores del control de la presión arterial en 8.829 adultos participantes en el “National Health and Nutrition Examination Survey” 1999-2006, con hipertensión arterial ( autoreferida, presión arterial medida, o uso de medicación antihipertensiva), sin (n=7.178) o con (n=1.651) enfermedad renal crónica. Se definió como hipertensión arterial no controlada: definición general, presión arterial sistólica > 140 mm Hg y presión arterial diastólica > 90 mm Hg, y definición específica para la enfermedad, presión arterial sistólica > 130 mm Hg y presión arterial diastólica > 85 mm Hg (1999-2002) y presión arterial sistólica > 130 mm Hg y presión arterial diastólica > 80 mm Hg (2003-2006) para aquellos con enfermedad renal crónica (filtrado glomerular estimado < 60 mL/min por 1,73 m2) o diabetes mellitus ( autoreferida). El porcentaje de sujetos con presión arterial no controlada en 1999-2006 fue mayor en aquellos con enfermedad renal crónica que en aquellos sin enfermedad renal crónica (51,5% frente a 48,7%: definición general; p=0.122) y 68,8% frente a 51,7% (definición específica por enfermedad: p< 0,001). En los sujetos con enfermedad renal crónica hubo una disminución de la presión arterial no controlada a lo largo del tiempo (55,9% frente a 47,8%: definición general: p=0,011). Tras ajustar por variables demográficas, socioeconómicas y clínicas, una mayor edad (p<0,001) y la falta de tratamiento antihipertensivo (p <0,001) se asociaron a la falta de control de la presión arterial, independientemente de la enfermedad renal crónica, mientras que el sexo femenino (p=0,030) se asoció en aquellos con enfermedad renal crónica. La politerapia (p<0,001) y el uso de inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina o de los antagonistas de los receptores de la angiotensina (p=0,001) se asociaron con una presión arterial menos controlada. Aunque con el tiempo se ha observado alguna mejoría, la presión arterial no controlada sigue siendo un problema altamente prevalente, especialmente en sujetos con enfermedad renal crónica y en la población no blanca, los de mayor edad y en mujeres. El tratamiento parece ser subóptimo,.
Comentario:
El control de la hipertensión arterial (HTA) ha mejorado en los últimos años, pero dista de ser óptimo, por lo que su riesgo cardiovascular sigue siendo claramente superior al de la población normotensa. Paradójicamente, el grado control de la HTA es aún peor en los pacientes de alto riesgo, como han mostrado diversos estudios: REACH Registry, EUROASPIRE I, II y III.
Dentro de los factores asociados a la HTA refractaria al tratamiento antihipertensivo a 3 o más fármacos ( uno de ellos diuréticos), se han descrito la obesidad, el síndrome de apnea del sueño, la diabetes mellitus, y la insuficiencia renal crónica, además de aquellos casos con HTA secundaria, como el hiperaldosteronismo primario, entre otras.
El grado de control de la HTA en pacientes con insuficiencia renal crónica es muy bajo, como ya puso de manifiesto en nuestro país Marín et al, en el estudio COPARENAL, publicado hace 3 años (J Hypertens 2006;24:395-402). En este estudio, llevado a cabo en 2.501 pacientes con insuficiencia renal crónica, reclutados en 52 centros, el grado de control de la HTA, definido como una PA < 130/80 mmHg fue tan solo del 17,4%.
El estudio aquí comentado está basado en la población hipertensa incluida en la encuesta del NHANES 1999-2006 (n=7.178), de los cuales tenían insuficiencia renal crónica (filtrado glomerular estimado < 60 mL/min por 1,73 m2) 1.651 pacientes. El porcentaje de hipertensos no controlados fue significativamente mayor en los pacientes con insuficiencia renal crónica con respecto a los que no la presentaban (68,8% frente a 51,7% respectivamente; p< 0,001. Como era de esperar, y de acuerdo a otros estudios, la mayoría de hipertensos no controlados lo fueron a expensas de una PA sistólica no controlada (94,2% de ellos).
En este estudio, se observó una mejora en el grado de control de la HTA a lo largo del tiempo, tanto en los sujetos hipertensos con enfermedad renal conservada, como en aquellos con insuficiencia renal crónica. En estos últimos, el porcentaje de hipertensos no controlados pasó del 55,9% al 47,8% respectivamente. A pesar de la mejoría observada, estos datos confirman la dificultad de controlar la PA adecuadamente en los pacientes hipertensos con insuficiencia renal crónica (especialmente la PA sistólica), Dado el riesgo cardiovascular elevado de estos pacientes, y la dificultad de conseguir un buen control de la HTA, es necesario intensificar el tratamiento antihipertensivo, así como recurrir con frecuencia a la consulta a unidades especializadas en el manejo de estos pacientes.
[su_note note_color=»#f4f2b8″ text_color=»#5e5e5e»]Cita original:
Plantinga LC, Miller ER, Stevens LA, Saran R, Messer K, Floers N et al. Blood pressure control hmong persons without and with chronic kidney disease. US Trends and Risk Factors 1999-2006. Hypertension 2009;54:47-56[/su_note]