Mariano de la Figuera 01/01/2016
Resumen:
El objetivo del presente estudio fue determinar si un consumo elevado de patatas (cocinadas en sus diversas formas) está asociado con la incidencia de hipertensión arterial (HTA).
Para ello se diseñó un estudio prospectivo y longitudinal sobre diversas cohortes de los Estados Unidos. Se incluyeron 62.175 mujeres del Nurses’ Health Study, 88.475 mujeres del Nurses’ Health Study II y 36.803 hombres del Health Professionals Follow-up Study todos ellos no hipertensos en el momento de la inclusión. Se consideraron diferentes formas de cocinar las patatas: al horno, hervidas, French fries (fritas) o chips (de bolsa). El seguimiento fue de 20 años. Se diseñaron cuestionarios específicos para valorar la frecuencia de consumo de diversos alimentos.
La variable principal fue la incidencia de nuevos casos de HTA auto-reportada, pero confirmada por un profesional sanitario.
En comparación con el consumo de menos de 1 ración al mes, el hazard ratio para consumos de 4 o más raciones a la semana de patatas al horno, hervidas o en puré fue de 1,11 (IC 95%: 0,96-1,28; P para la tendencia = 0,05), las fritas 1,17 (1,07-1,27; P=0,001) y las chips 0,97 (0,87-1,08; P para la tendencia = 0,98). Los ajustes por consumo de sal y otros micronutrientes como potasio, magnesio, calcio y fibra, pero también de grasas saturadas y trans, así como el índice de masa corporal no alteraron los resultados.
Los autores llevaron a cabo un análisis de sustitución y al remplazar una ración de patatas al horno, hervidas o en puré por una ración de vegetales sin almidón, se reducía el riesgo de HTA (hazard ratio: 0,93; 0,89-0,96. P < 0,001).
De los resultados de estas tres cohortes de mujeres y hombres los autores, varios de ellos pertenecientes a la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, concluyen que un consumo elevado de patatas, cocinadas en diversas formas, se asocia de manera independiente con mayor riesgo de desarrollar HTA. Por tanto, desde el punto de vista de la Salud Pública orientada a la alimentación, las patatas no deberían incluirse en el capítulo de los vegetales recomendados.
Comentario:
Es difícil evitar que un estudio como el presente no provoque una cierta sorpresa, por lo menos a este comentarista. Del análisis conjunto de 3 cohortes de mujeres y hombres de los Estados Unidos se desprende que un elevado consumo de patatas, desde las aparentemente inofensivas hervidas hasta las más cuestionadas como alimento (fritas), aumenta el riesgo de HTA incidente. No así las chips, cuyo contenido en sal suele ser muy elevado.{a name=»_GoBack» id=»_GoBack»> Es cierto que los datos estadísticos están allí, pero si aceptamos criterios de carga asistencial como los NNT (Número Necesario de pacientes a Tratar), al observar desde la distancia del clínico, pero también desde la óptica del experto en Metodología y del experto en Salud Publica y Alimentaria, los resultados de este estudio también deberían plantearse en términos del número de personas sanas que deben consumir 4 o más raciones de patatas cocinadas de cualquier manera y durante un tiempo determinado para desarrollar HTA. Es cierto que en el Nurses’ Health Study II se estimó el riesgo de HTA atribuible al consumo de más de 1 ración mensual de patatas (12,8%), en otras palabras, que eliminando esta exposición se podrían prevenir 13 casos de HTA de cada 100.
Pero, las preguntas son: ¿por qué se ha llevado a cabo este estudio? ¿Cómo se interpretan los resultados? El origen está en los programas desarrollados hace 10 años por Agencias Gubernamentales de los Estados Unidos para mejorar la alimentación de la población ya desde la infancia y en las escuelas. Inicialmente se propuso limitar el consumo de vegetales con almidón (patatas) y sustituirlos por otro tipo de vegetales, pero desde 2012 esta restricción fue abandonada ante los posibles beneficios, no demostrados, de los vegetales almidonados por su elevado contenido de potasio. La OMS, sin embargo, no considera a las patatas como vegetales (?).
En relación con los mecanismos responsables, los autores invocan al elevado contenido en hidratos de carbono de las patatas, lo que se concreta en un elevado índice glicémico que, en la fase postprandial, se ha demostrado que puede inducir disfunción endotelial, estrés oxidativo e inflamación vascular, todos ellos potencialmente relacionados con el desarrollo de HTA.
Las limitaciones de este estudio son las habituales, entre ellas la información sobre el consumo de alimentos recogida a través de cuestionarios y el diagnóstico auto-reportado de HTA.
Por lo tanto, es posible que no todos los vegetales fueron creados igual, al menos para prevenir determinadas enfermedades como la HTA.
[su_note note_color=»#f4f2b8″ text_color=»#5e5e5e»]Cita original:
Borgi L, Rimm EB, Willett WC, Forman JP. Potato intake and incidence of hypertension: results from three prospective US cohort studies. BMJ 2016;353:i2351[/su_note]