Mi pregunta es sobre la necesidad y la importancia de realizar un fondo de ojo ante una crisis hipertensiva en un servicio de urgencais para el diagnóstico diferencial entre urgencia y emergencia hipertensiva.
En mi opinión lo realmente importante es descartar afectación renal, cardiaca o neurológica, bien con bioquímica, auscultación y TAC respectivamente, dejando el fondo de ojo para una prueba complementaria secundaria cuando aún persisten dudas. Pero me gustaría conocer su opinión según sus guías.
La diferencia entre urgencia o emergencia hipertensiva es básica, dado que la segunda requiere la instauración inmediata de un tratamiento que reduzca las cifras de presión y evite la progresión del daño orgánico. La mayoría de emergencias hipertensivas se acompañan de signos clínicos, analíticos o radiológicos característicos (síndrome coronario, edema agudo de pulmón, accidente cerebrovascular) que permiten su diagnóstico de forma sencilla. No obstante, en algunos casos la distinción no es tan fácil. La encefalopatía hipertensiva se acompaña de alteraciones neurológicas que pueden ser más o menos evidentes. Por su parte, la HTA acelerada, antes conocida como HTA maligna es una entidad muy infrecuente que se acompaña de fenómenos isquémicos progresivos y que suelen producirse a nivel cerebral, renal o retiniano. En ambos casos la práctica de un fondo de ojo y el hallazgo de una retinopatía avanzada (edema de papila, hemorragias en llama o exudados algodonosos) define la HTA acelerada y obliga a un descenso rápido de las cifras de presión, generalmente con fármacos por vía intravenosa (nitroprusiato, labetalol, nicardipino o urapidilo). Es cierto que frecuentemente se acompaña de alteraciones renales con fracaso renal y/o proteinuria, aunque no es obligada su presencia. Además, en ocasiones no es fácil saber si las alteraciones renales son agudas o ya estaban presentes con anterioridad.
Último modificado: 16 julio, 2017