Tendencias en la incidencia, riesgo vital, severidad y mortalidad a los 30 días de un ictus en los 50 últimos años.

Publicado:

Mariano de la Figuera 01/01/2006

Resumen:

El objetivo del siguiente estudio fue determinar las tendencias en la incidencia de ictus, riesgo vital, severidad del mismo y mortalidad a los 30 días de haber sufrido un ictus sintomático. Para ello, los autores se basaron en la información prospectiva recogida del estudio de Framingham, tanto de la población original como de la cohorte de descendientes. Participaron un total de 9.152 hombres y mujeres que no habían sufrido un ictus previo. Durante un seguimiento de 50 años se analizaron los datos de 3 períodos consecutivos (1950-1977, 1978-1989 y 1990-2004), con evaluaciones cada 2 años de los factores de riesgo de ictus, ictus sintomáticos incidentes y mortalidad. En el grupo de edad >= 55 años hubo un total de 1.030 nuevos ictus sintomáticos, 450 (44%) en hombres; 629 (61%) fueron infartos cerebrales aterotrombóticos. La incidencia del primer ictus, ajustada por edad, en cada uno de los 3 períodos fue 7,6; 6,2 y 5,3 respectivamente por 1.000 personas-año en hombres (P = 0,02 para la tendencia) y 6,2; 5,8 y 5,1 en mujeres (P = 0,01 para la tendencia). La severidad del ictus, ajustada por edad no varió entre los 3 períodos. La mortalidad a los 30 días del ictus disminuyó de forma significativa en hombres (23% al 14%; p=0,01) pero no en mujeres. La prevalencia de algunos de los factores de riesgo (analizados a la edad de 65 años) mejoró de forma significativa: se redujeron las cifras de presión arterial sistólica, el grado de control de la HTA, el porcentaje de hipertensos tratados, las cifras de colesterol, la prevalencia de tabaquismo y el riesgo de ictus (de acuerdo con la Tabla de Ictus de Framingham). Sin embargo, durante el seguimiento aumentó la prevalencia de diabetes en mujeres, de fibrilación auricular en hombres y el índice de masa corporal en ambos.

Comentario:

Una vez más, el estudio de la población de Framingham nos aporta una importante información que, de forma general, puede guiar tanto las políticas de salud pública como las actividades preventivas que se desarrollan en la práctica clínica. En esta población “seleccionada” (predominan los individuos de origen europeo, con un buen nivel de educación y de clase media) se ha reducido la incidencia de ictus en los últimos 50 años así como la mortalidad a los 30 días de sufrir esta enfermedad, aunque este último hecho solamente en hombres. ¿Qué posibles explicaciones se dan a estos hechos?. En relación con la mortalidad a los 30 días, la mejora de la asistencia en la fase aguda puede ser la principal razón, ya que la severidad del ictus no ha variado, de manera que la forma de presentación clínica, con todo su dramatismo, sigue siendo la misma que describen los tratados de Medicina Interna y Neurología. Por otra parte, en las mujeres no se ha observado una reducción de la mortalidad a los 30 días, quizás porque la severidad sí que ha empeorado al aparecer el ictus en edades más tardías.

Unos de los mensajes clave es que las intervenciones sobre los factores de riesgo, como la HTA, el tabaquismo y la hipercolesterolemia han dado sus frutos, lo que resalta la importancia de la prevención primaria del ictus. Efectivamente, se observó una reducción de las cifras de presión arterial sistólica y del grado de control de la HTA (¡66% en hombres y 70% en mujeres de 65 años!) a expensas de un incremento del número de pacientes que reciben tratamiento antihipertensivo. Sin embargo, en contrapartida, ha aumentado la prevalencia de diabetes en mujeres (consecuencia, probablemente, del incremento de la obesidad) y de fibrilación auricular en hombres.

A pesar de las limitaciones generales del estudio de Framingham, como el propio tamaño de la muestra y la generalización de sus resultados a otras poblaciones como la española, la información que nos aporta sigue siendo un estímulo para no bajar la guardia en la prevención de una de las complicaciones más devastadoras de la hipertensión arterial.

[su_note note_color=»#f4f2b8″ text_color=»#5e5e5e»]Cita original:
Carandang R, Seshadri S, Beiser A, Kelly-Hayes M, Kase CS, Kannel WB, et al. Trends in incidence, lifetime risk, severity, and 30-day mortality of stroke over the past 50 years. JAMA 2006; 296: 2939-46[/su_note]

Comparte esta publicación