Mariano de la Figuera 01/01/2009
Resumen:
Con objeto de evaluar la utilidad de nuevos biomarcadores en la predicción del riesgo cardiovascular (CV), se llevó a cabo un estudio de cohortes en el que se incluyeron 5.067 participantes de la población sueca de Malmö (media de edad 58 años, 60% mujeres) sin antecedentes de enfermedad CV. El examen basal se realizó entre 1991 y 1994 y se analizaron los niveles de los siguientes biomarcadores: Proteína C reactiva (PCR), Cistatina C, lipoproteina asociada a la fosfolipasa 2 (Lp-PLA2), proadrenomedulina (MR-proADM), péptido natriurético proatrial (MR-proANP) y péptido natriurético N-terminal pro B (N-BNP). Los factores de riesgo CV convencionales fueron el consumo de tabaco, la presencia de hipertensión arterial, diabetes mellitas y niveles de colesterol y sus fracciones. El seguimiento finalizó en el 2006 y se analizaron los registros hospitalarios, los certificados de defunción y los registros de los eventos CV (infarto de miocardio, ictus y muerte coronaria). La variable principal fue la incidencia de los primeros eventos CV y coronarios.
Tras un seguimiento medio de 12,8 años se produjeron 418 eventos CV y 230 eventos coronarios. Para poder discriminar entre los factores de riesgo convencionales y los nuevos biomarcadores se utilizó un estadístico C, y para calibrar los modelos de riesgo un método modificado de Hosmer-Lemeshow. Mediante modelos de riesgo multivariante los pacientes fueron clasificados en grupos de riesgo bajo, intermedio y alto (riesgo a los 10 años 20%, respectivamente).
En el modelo que consideró sólo los factores de riesgo CV convencionales el estadístico C era de 0,758 (IC 95%: 0,734 – 0,781) para eventos CV y 0,760 (0,730 – 0,789) para eventos coronarios. Los niveles de PCR y N-BNP aumentaron el valor del estadístico C en 0,007 (P=0,04) para los eventos CV y los niveles de MR-proADM y N-BNP en un 0,009 (P=0,08) para eventos coronarios. Con la consideración de los nuevos biomarcadores, la proporción de pacientes que fueron re-clasificados fue de un 8% para eventos CV y 5% para el riesgo coronario. En general, no se observó una mejoría en la re-clasificación del riesgo CV o coronario, excepto en individuos de riesgo intermedio en los que la predicción de eventos CV mejoró en un 7,4% (IC 95% 0,7% -14.1%; P=0,03) y de eventos coronarios en un 14,6% (5- 24,2; P=0,003). Sin embargo, la re-clasificación correcta se limitó, casi de forma exclusiva, a una infra-clasificación de los pacientes que no presentaron eventos más que en una supra-clasificación en pacientes que sí los desarrollaron.
Comentario:
La introducción de nuevos marcadores de riesgo en los últimos años ha despertado un gran interés, tanto entre los investigadores básicos como entre los clínicos, por varios motivos: en primer lugar por su aportación al conocimiento de la fisiopatología de las enfermedades CV y por su potencial tanto en la predicción del riesgo CV como por ser una hipotética diana terapéutica. El reciente estudio JUPITER, en el que pacientes con niveles de LDL <130 mg/dl, pero con niveles de PCR elevados, se beneficiaron del tratamiento con rosuvastatina, es un buen ejemplo de ello. Sin embargo, los resultados de otros estudios de índole observacional no son tan concluyentes. En general, los pacientes de mayor riesgo, o con enfermedad CV establecida, son los más sensibles a estos nuevos biomarcadores.
La conclusion más importante de este estudio es que los nuevos biomarcadores pueden ser utilizados en la estratificación del riesgo de futuros eventos CV, pero con una mejoría en su capacidad de predicción más bien escasa. La estratificación del riesgo mejoró en pacientes con riesgo intermedio, pero en un sentido diferente al esperado: se identificó mejor a los que no desarrollaron eventos CV incidentes. Además, la inclusión en los modelos de predicción del riesgo CV de los nuevos biomarcadores supuso un cambio en la proporción de pacientes que fueron re-clasificados del 8% para eventos CV y del 5% para eventos coronarios, mejoría más bien modesta. Los autores defienden una metodología estadística más rigurosa que la utilizada en estudios previos para apoyar sus conclusiones. La mejor combinación de biomarcadores fue la PCR y N-BNP en la predicción de eventos CV y MR-proADM y N-BNP para la predicción de eventos coronarios.
A la espera de nuevas aportaciones en este campo, los clínicos seguiremos utilizando los modelos actuales, basados en los factores de riesgo convencionales, sencillos, baratos de detectar y con herramientas terapéuticas útiles y bien conocidas.
[su_note note_color=»#f4f2b8″ text_color=»#5e5e5e»]Cita original:
Melander O, Newton-Cheh C, Almgren P, Hedblad B, Berglund G, Engström G et al. Novel and conventional biomarkers for prediction of incident cardiovascular events in the community. JAMA 2009;302:49-57[/su_note]