Mariano de la Figuera 01/01/2012
Resumen:
Con objeto de determinar si las alteraciones del elecrocardiograma (ECG) se asocian con un incremento de los eventos coronarios se llevó a cabo un estudio de base poblacional sobre 2.192 adultos con edades comprendidas entre los 70-79 años, sin enfermedad cardiovascular previa y procedentes del Health, Aging, and Body Composition Study (Health ABC Study). Se registraron los eventos coronarios durante 8 años de seguimiento entre los años 1997-1998 y 2006-2007. Se analizaron las alteraciones basales del ECG y a los 4 años de seguimiento, clasificadas en alteraciones mayores y menores de acuerdo con los códigos de Minnesota. Para analizar y establecer las variables predictoras de eventos coronarios se utilizó un modelo de regresión proporcional de riesgos de Cox, con la adición de las alteraciones del ECG a los factores de riesgo cardiovascular (CV) tradicionales. La variable principal fue la incidencia de una combinación de eventos coronarios (infarto de miocardio, muerte coronaria y hospitalización por angina o revascularización coronaria).
En la fase basal del estudio 276 sujetos (13%) tenían alteraciones menores del ECG y 506 (23%) alteraciones mayores. Durante el seguimiento, 351 participantes sufrieron eventos coronarios (96 muertes de origen coronario, 101 infartos agudo de miocardio y 154 hospitalizaciones por angina o revascularización coronaria). Tanto las alteraciones basales del ECG-mayores y menores- se asociaron con un aumento del riesgo de eventos coronarios tras el ajuste por los factores de riesgo tradicionales. Numéricamente, la incidencia de la variable principal se observó en 17,2 por 1.000 personas-año entre los sujetos sin alteraciones basales del ECG, 29,3 por 1.000 personas-año en los pacientes con alteraciones menores; razón de riesgo [HR]: 1,35; IC 95%: 1,02-1,81 y 31,6 por 1.000 personas-año entre los sujetos con alteraciones mayores HR: 1,51 (1,20-1,90). Cuando las alteraciones del ECG se añadieron al modelo que incluía los factores de riesgo CV tradicionales el 13,6% de los sujetos de riesgo CV intermedio y el 7,6% de la muestra global con alteraciones del ECG mayores y menores fueron reclasificados correctamente. Así, 176 pacientes considerados de riesgo intermedio riesgo fueron re-clasificados a riesgo alto y 136 a riesgo bajo. Con ellos, la mejora neta de la reclasificación [NRI] fue del 7,4% ; IC 95%: 3,1-19,0%. Después de 4 años de seguimiento, 208 participantes tenían nuevas alteraciones del ECG y 416 tenían alteraciones persistentes. Tanto las alteraciones del ECG incidentes como las persistentes se asociaron con un aumento del riesgo de eventos coronarios (HR: 2,01; 1,33-3,02 y HR: 1,66; 1,18-2,34, respectivamente. Al añadir dichas alteraciones del ECG al modelo de Framingham el NRI no fue significativo (NRI: 5,7%; -0,4-11,8%).
Comentario:
En pacientes ancianos, los modelos de predicción del riesgo coronario y CV basados en los factores de riesgo tradicionales son menos precisos que en sujetos de mediana edad. Por otra parte, la incidencia y prevalencia de alteraciones del ECG son frecuentes. Dichas alteraciones se asocian, de alteraciones del ECG se asocia, de manera independiente, con una mayor incidencia de eventos coronarios y de enfermedad CV en general. De acuerdo con la clasificación de Minnesota las alteraciones mayores consideradas en el presente estudio fueron: anomalías de la onda Q-QS, hipertrofia ventricular izquierda, Síndrome de Wolff-Parkinson-White, bloqueo completo de rama y bloqueo intraventricular, fibrilación/flutter auricular y anomalías mayores del SR-T. Las únicas alteraciones menores consideradas en este estudio fueron los cambios menores del ST-T. A diferencia con sujetos más jóvenes, la prevalencia de alteraciones basales del ECG en esta muestra de hombres y mujeres de más de 70 años fue elevada, del 36%.
El presente estudio confirma los resultados de otros estudios previos, pero, además, añade una información importante: considerar las alteraciones del ECG puede mejorar la predicción del riesgo coronario en pacientes ancianos. En efecto, cuando las alteraciones del ECG se añadieron al modelo de predicción de riesgo tradicional (Framingham) el 13,6% de los sujetos de riesgo CV intermedio y el 7,6% de la muestra global con alteraciones del ECG mayores y menores fueron reclasificados correctamente.
El presente estudio tiene ciertas limitaciones: los pacientes con eventos coronarios no hospitalizados no se sometieron a un seguimiento tan estricto y, por otra parte, la presencia de determinadas alteraciones mayores del ECG, como las que afectan al ST-T, podía determinar el ingreso de paciente por sospecha de angina con el consiguiente sesgo. Además, dada la pequeña muestra de pacientes no se pudo realizar un análisis pormenorizado de la asociación de cada una de las alteraciones del ECG con los eventos coronarios. La lectura de los ECG no era automatizada y se basaba en 2 observadores entrenados que, en caso de discordancia, se adjudicaba a un tercero. Finalmente, cuando se utilizó la tabla de Framingham, no validada en sujetos mayores de 75 años, la adición de las alteraciones del ECG no mejoró la precisión de la misma.
Este y otros estudios (ref 1 y 2) sugieren que el ECG, una prueba tan sencilla como debajo coste, debería plantearse en todos los pacientes ancianos con objeto de predecir el riesgo de forma más precisa. Pero todavía faltan estudios, especialmente ensayos clínicos en pacientes asintomáticos, basados en dichas alteraciones del ECG.
1.- Denes P, Larson JC, Lloyd-Jones DM, Prineas RJ, Greenland P. Major and minor ECG abnormalities in asymptomatic women and risk of cardiovascular events and mortality. JAMA 2007;297978-85.
2.- Hadaegh F, Mohebi R, Bozorgmanesh M, Saadat N, Sheikholeslami F, Azizi F. Electrocardiographic abnormalities improve classification of coronary heart disease risk in women: Tehran Lipid and Glucose Study. Atherosclerosis 2012;222:110-5
[su_note note_color=»#f4f2b8″ text_color=»#5e5e5e»]Cita original:
Auer R, Bauer DC, Marques-Vidal P, Butler J, Min LJ, Cornuz J, et al.; Health ABC Study. Association of major and minor ECG abnormalities with coronary heart disease events. JAMA 2012;307:1497-505.[/su_note]